jueves, 12 de junio de 2014

Signos externos de la religión y la expresión religiosa

1. Signos externos de la religión

La religión aparece en los medios y en nuestro entorno en signos y manifestaciones externas.

1.1 En las artes plásticas: Las artes plásticas, es decir, la arquitectura, la escultura y la pintura, todavía están presentes en la vida cotidiana.

  • La pintura: Es una de las muchas expresiones artísticas en la que ha predominado la religión, en cualquier museo o templo se pueden ver importantes obras de la historia del arte que usan esta temática. 




  • La escultura: Hay muchas imágenes que representan escenas y personajes importantes en las distintas religiones.





  • La arquitectura: Han llegado a nuestros pueblos y ciudades un rico patrimonio cultural en templos y lugares sagrados.




1.2 En la música: Las culturas primitivas usaban la música y la danza para invocar a los dioses. Gran parte del patrimonio musical de la humanidad ha dedicado sus mejores partituras a obras clásicas cuya inspiración o motivo de composición han tenido de fondo la temática religiosa. Hay determinados estilos musicales que han nacido para un uso religioso, ya sea litúrgico o popular.





1.3 En la literatura: Las primeras composiciones escritas de la humanidad fueron mitos y relatos con los que explicar la relación del ser humano con el misterio, la explicación de los orígenes de la humanidad y su relación con los dioses. 
Los textos sagrados son las obras más antiguas, y de las más importantes de la humanidad; han perdurado en el tiempo, han sido los ejemplares más traducidos, y reeditados de toda la literatura universal.




1.4 En el cine y el teatro: El cine y el teatro dependen en gran medida de la literatura, por tanto, todo lo que hemos dicho anteriormente sobre esta se puede extrapolar al cine y al teatro. Son varias las obras escénicas que tocan o se fundamentan en la religión. 
El cine y el teatro se plantean con frecuencia el tema religioso u ofrecen películas y obras teatrales sobre la vida de personajes relacionados con las diferentes religiones, de acontecimientos históricos donde las religiones han jugado un papel protagonista; o simplemente donde aparecen reflejadas las creencias religiosas de sus personajes. 

1.5 En el nombre de las personas: Lo religioso también aparece en torno a los nombres de personas, especialmente en las zonas de influencia cristiana, a muchas personas se les pone el nombre de un santo o santa, o de una advocación popular de la Virgen María. Incluso ahora, que se puede escoger libremente el nombre de los recién nacidos donde se acude frecuentemente a personajes bíblicos.


1.6 Personas religiosas o creyentes: Las 2/3 partes de la humanidad son religiosas, o pertenecen a alguna religión y cada una de ellas vive de acuerdo con sus normas y costumbres. El resto no tienen religión o son ateos.


2. La experiencia religiosa

Una experiencia religiosa es una experiencia subjetiva en la que un informes individuales en contacto con una realidad trascendente, un encuentro o la unión con lo divino.
Tal experiencia a menudo implica llegar a algún conocimiento o conocimiento anteriormente no disponible para el sujeto todavía inexplicable o imprevisibles de acuerdo con el marco conceptual o psicológica habitual dentro de la cual el sujeto se ha utilizado para operativo. La experiencia religiosa generalmente trae comprensión, total o parcial, de las cuestiones de carácter fundamental que puede haber sido una causa de angustia y la alienación del sujeto durante un período prolongado de tiempo. Esto puede ser experimentado como una forma de curación, la iluminación o la conversión.Muchas tradiciones religiosas y místicas ver experiencias religiosas como revelaciones causados por la agencia divina en lugar de los procesos naturales ordinarios. Se consideran encuentros reales con Dios o dioses, o el contacto real con las realidades de orden superior de los cuales los seres humanos no son normalmente conscientes.

2.1 UN SER SUPREMO

Las personas religiosas creen en un Ser Superior, en una realidad suprema que recibe distintos nombres según la religión, y con características concretas. En la historia de las religiones a esta realidad o ser supremo se le llama: Potencia, Mana, Dios, Divinidad, Gran Espíritu, Tao, Nirvana..., o con nombres mas concretos, Brahmán, Yavé, Alá, Jehová... El nombre mas común , presente en casi todas las religiones, es Dios.
El encuentro de la persona con Dios, es otro elemento de la experiencia religiosa , la persona llega a ser religiosa cuando se encuentra con Dios, y este encuentro permite aplicar a Dios una serie de características o atributos.

2.2 EXPERIENCIA DE SALVACIÓN 

En su infinito amor y misericordia, Dios hizo que Cristo, que no conoció pecado, fuese hecho pecado por nosotros, con el fin de que pudiésemos ser hechos justicia de Dios en él. Guiados por el Espíritu Santo, sentimos nuestra necesidad, reconocemos nuestra pecaminosidad, nos arrepentimos de nuestras transgresiones, y ejercemos fe en Jesús como Señor y Cristo, como sustituto y ejemplo. Esta fe que recibe la salvación viene por medio del poder divino de la Palabra, y es el don de la gracia de Dios. Por medio de Cristo somos justificados, adoptados como hijos e hijas de Dios, y librados de la tiranía del pecado. Por medio del Espíritu nacemos de nuevo y somos santificados; el Espíritu renueva nuestras mentes, escribe la ley de amor de Dios en nuestros corazones, y nos concede el poder de vivir una vida santa. Al permanecer en él, llegamos a ser participantes de la naturaleza divina y recibimos la seguridad de la salvación ahora y en el juicio. El misterio de Dios se manifiesta en la personas como el bien y valor supremos como la plenitud de todo lo que existe. Por eso la persona religiosa vive su relación con Dios como una vida nueva, en sus acciones y decisiones, y no simplemente como una cualidad más de las que ya tiene. Esta vida nueva recibe tantos nombres: cielo, paraíso, vida eterna, inmortalidad, Reino de Dios, nirvana..., según la religión de que se trate. Pero siempre tiene que ver con una situación de felicidad y salvación nuevas.
La salvación que ofrece las religiones es una salvación definitiva. Esto significa que supera el ultimo enemigo de la vida humana que es la muerte.

2.3 MANIFESTACIONES DE DIOS

Una persona se encuentra con Dios cuando esté manifiesta y se hace presente . Este es otro elemento importante de la experiencia religiosa.
El hombre religioso tenía la capacidad de descubrir en su vida y a su alrededor una gran variedad de hierofanías o presencias de lo sagrado, es decir una realidad que esta relacionada, de alguna manera, con la presencia de la divinidad.
La teofanías y las hierofanías son numerosas y muy diversas, y las encontramos agrupadas en torno a varios temas:

  • La naturaleza: Se representa en montes, ríos, grutas, ares, astros, fenómenos atmosféricos; también en los árboles, la fecundidad de la tierra, las estaciones, los animales, entre otras.

  • La historia humana: Los principales acontecimientos de la vida como un nacimiento, matrimonio, muerte; gestos cotidianos (levantarse, andar, dormir) ;trabajos(caza, pesca, agricultura); actos fisiológicos(alimentación, vida sexual); y también en los acontecimientos importantes de la propia nación o pueblo.

  • Personas concretas: Los jefes de las tribus, reyes y los grandes personajes religiosos de la humanidad (Buda, Jesús, Mahoma, Bishmu, entre otros).

3. Mentefacto conceptual






miércoles, 11 de junio de 2014

La Misa

1. ETIMOLOGÍA

La palabra misa, viene del latín missa, término usado aproximadamente desde el tiempo de Constantino (siglo IV d.C.). Fue tomada de la fórmula final del oficio religioso: Ite, missa est; habitualmente traducido en forma incorrecta como «podéis iros, la misa ha terminado». En esta forma litúrgica, missa es el participio pasivo del verbo mittere ‘'enviar'’, referido en este caso a la oración que se envía a Dios en la ceremonia; de modo que la traducción correcta sería «podéis iros, nuestra plegaria ya ha sido enviada».


2. HISTORIA


  • Origen de la Misa


El pueblo del A.T. se reunía cada año delante del Arca de la Alianza que contenía las tablas de la Ley, palabra permanente del Señor y el vaso del maná, comida de salvación para el pueblo (Ex. 25, 10.16 y Dt. 10, 1.5), pan ácimo que evocaba la huída de Egipto con el pan a medio hacer sin levadura. Se sacrificaba el cordero y su sangre lanzada al aire por los sacerdotes, borraba los pecados del pueblo.
Pero semanalmente, el sábado era el día establecido por Dios para que su pueblo le diera culto público y su total dedicación era una obligación grave.
El descanso sabático era de naturaleza estrictamente religiosa y por eso culminaba y manifestaba en la oblación de un sacrificio. Este día era para los judíos un signo de la Alianza Divina, por lo que lo celebraban con una fiesta que contenía la promesa de una realidad que aún no había tenido lugar.
En la última cena, Jesús instituyó el sacrificio eucarístico de su cuerpo y sangre, como memorial de su muerte y resurrección, ordenando a sus apóstoles celebrarla "hasta que vuelva" (1C 11,26) y constituyéndoles en sacerdotes del Nuevo Testamento, de forma que a través de la Santa Misa se le reciba a él mismo, como alimento.
El mandamiento de Jesús de repetir sus gestos y sus palabras, requiere la celebración litúrgica por los apóstoles y sus sucesores del memorial de Cristo, de su vida, de su muerte, de su resurrección y de su intercesión junto al Padre, o sea, no solamente acordarse de él y de lo que hizo.
Aunque los primeros cristianos se reunían diariamente en el templo y escuchaban los sermones de los Apóstoles, es más bien con la Resurrección de Cristo, ocurrida el primer día de la semana, cuando definitivamente el sábado da paso a la realidad que se anunciaba, la fiesta cristiana que se verificaba ese primer día, el Día del Señor (Doménica Dies). Por eso nuestros antecesores en la fe cristiana tenían el Domingo sus reuniones litúrgicas para escuchar la Escritura, que consistía en lecturas del A.T. y así poco a poco, se iban juntando en casas particulares para oficiar la Santa Eucaristía (Liturgia) con el fin de comulgar los Santos Cuerpo y Sangre de Jesucristo.
Mientras tanto, los cristianos helenistas (los que habían adoptado la cultura griega) se irán apartando de la sinagoga judía para reunirse en Asamblea, alrededor de las mesas en sus casas privadas, para compartir también el pan de vida de la Palabra y conmemorar la fracción inolvidable del pan, recordando aquel primer día, el de la Resurrección, cuando camino de Emaús, Jesús encuentra a dos de discípulos, Cleofás y otro que no sabemos su nombre (y que podía ser incluso su propia mujer, María) y accede a la invitación de ellos para permanecer aquella noche y compartir la comida, procediendo a bendecir el pan, partiéndolo en trozos y dándoselos, signo claro de la presencia del Maestro con ellos.
El encuentro en el camino de Emaús marcó, por así decirlo, el orden litúrgico a seguir en nuestra Iglesia (Lc 24, 13.35)
Sus palabras: "El que me ama guarda mi palabra" (Jn. 14,15) y aquellas de "Haced esto en conmemoración mía" de la Cena Pascual, aún resonaban vivas y fueron incorporadas prontamente a la Iglesia primitiva de los primeros siglos.
Y de este modo, la misma realidad transformada por Cristo, sella una nueva alianza con el Verbo o Palabra encarnada y su nuevo maná eucarístico que da vida eterna y en abundancia.
El Apóstol Santiago compuso la primera Liturgia cristiana, de la cual derivan las actuales de San Juan Crisóstomo y San Basilio ''El Grande''.
Nunca este pueblo de Dios (o sea, nuestra Iglesia) debiera olvidar los eventos salvíficos realizados por Nuestro Señor Jesucristo, que dieron vida a nuestra liturgia, siendo nuestra Iglesia Católica una Iglesia de Memoria.
Por eso y a causa de nuestras debilidades, necesitamos repasar y recordar las Escrituras que (leídas desde la mesa del ambón) nos recrean los pasajes mesiánicos y de los profetas que hablan de él, como lo hacemos en las Lecturas Sagradas durante la Liturgia de la Palabra.
Luego tras reafirmar esa fe recitando el Credo, nos movemos de la mesa del ambón a la mesa del altar para la Liturgia de la Eucaristía y procedemos como en Emaús, a dar gracias y a la fracción del pan, donde ya lo reconocemos presente, para recibirlo luego como alimento en la Sagrada Comunión.
En cuanto a las lecturas, estas fueron incorporando las cartas o epístolas (que con tanta especial veneración conservaban los primeros cristianos) escritas por San Pablo a los Romanos, a los Corintios, a los Gálatas, a los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses, a las comunidades en Tesalónica, a Timoteo, a Filemón, la carta o disertación a los Hebreos, la carta de Santiago que termina como un sermón dirigido a todos los creyentes esparcidos en el mundo, las cartas de San Pedro a las diversas comunidades y las de San Juan. De igual modo, posteriormente fueron incorporando los Evangelios y el Libro del Apocalipsis. En los siglos IV y V, todos estos escritos fueron declarados por la Iglesia como inspirados por el Espíritu Santo e incluidos en el canon, formando los libros del A.T. (escritos en griego) los que componen hasta el día de hoy nuestra Biblia de 73 libros (46 del A.T. y 27 del N.T.)
De la misa actual solo conservamos en griego el Kyrie, que es el Señor, siendo el Papa San Dámaso quien cambió en el siglo IV los textos de la misa del griego al latín, ya que todas las lecturas eucarísticas eran leídas en griego.
Si pensamos hoy en el profundo sentido de la Santa Misa, están estos dos momentos de Jesús:
                     1. En la Liturgia de la Palabra se nos revela el sentido de nuestra vida e historia, a                       veces oculto por nuestra falta de fe y de convicciones sólidas.
                     2. La liturgia eucarística nos permite acercarnos a lo central del misterio                                        (consagración) y en la comunión compartir el pan sacramental y unirnos a los                              hermanos.

3. Partes de la Misa

La misa se divide en dos partes principales: La Liturgia de la Palabra y La Liturgia Eucarística.

  • La Liturgia de la Palabra

Es con la que inicia la Misa y consta de tres partes principales: las lecturas, la homilía y la oración de los fieles. En la primera parte de la misa, la liturgia de la palabra, conocemos los pensamientos y líneas de acción de Dios, escuchando su Palabra tomada de la Sagrada Escritura.

          1. La primera lectura

Se toma generalmente del Antiguo Testamento o de los Hechos de los Apóstoles y nos sirve para entender muchas de las cosas que hizo Jesús.

          2. La segunda lectura


Se toma del Nuevo Testamento, de las cartas que escribieron los primeros apóstoles. Esta segunda lectura nos sirve para conocer cómo vivían los primeros cristianos y cómo explicaban a los demás las enseñanzas de Jesús.

          3. El Evangelio

Se toma de alguno de los cuatro Evangelios de acuerdo con el ciclo litúrgico y narra una pequeña parte de la vida o las enseñanzas de Jesús. Es aquí donde podemos conocer cómo era Jesús, qué sentía, qué hacía, cómo enseñaba, qué nos quiere transmitir. Esta lectura la hace el sacerdote o el diácono. El pueblo se pone de pie, demostrando una actitud interna de escucha atenta y respeto hacia Jesucristo, la Palabra viva de Dios.

          4. La homilía

En este momento de la Misa, el sacerdote explica el significado de las tres lecturas y su aplicación en nuestras vidas.

          5. La oración de los fieles

En este momento nos ponemos de pie, con la actitud interna de súplica al Padre y nos unimos a todas las personas que están en Misa para pedir juntos y en voz alta a Dios por cosas que nos interesan a todos.

  • La Liturgia Eucarística
En la segunda parte de la misa, se revive la Pasión y Resurrección de Cristo.
1Co 11,24  Después de dar gracias, lo partió diciendo: “Este es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía.”
1Co 11,25  De igual manera, después de cenar, tomo la copa y dando gracias, dijo: “Esta es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos, hagan esto en conmemoración mía.”

          1. El ofertorio

En esta parte de la Misa, se llevan las ofrendas, el pan y el vino al altar y el sacerdote se las presenta a Dios ofreciéndoselas para que se conviertan en el Cuerpo y Sangre de Cristo.

          2. La consagración

Es el momento más solemne de la Misa; en él ocurre el misterio de la transformación real del pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo. Dios se hace presente ante nosotros para que podamos estar muy cerca de Él.

          3. La comunión

Jn 6,53  Jesús les dijo: “En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes.
Ante la grandeza de este sacramento, antes de comulgar, los fieles repetimos con humildad y con fe ardiente las palabras del centurión: “Señor, yo no soy digno de que entres a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme” (Mt 8,8)
La comunión significa «común unión», pues al acercarnos a comulgar, además de recibir a Jesús dentro de nosotros, nos unimos a toda la Iglesia, a todos los cristianos en esa misma alegría y amor. Nunca hay que perder la oportunidad de comulgar, pues en la comunión recibimos el alimento que nos dará la vida eterna.

          4. Silencio sagrado, bendición y despedida.

Después de la comunión, el sacerdote limpia los objetos sagrados y se guarda un momento de silencio en el que los fieles deben adorar y agradecer el don de la Eucaristía que acaban de recibir, reflexionando en la Palabra.
Al terminar el silencio, el sacerdote bendice al pueblo y lo despide con las palabras:
“Podéis ir en paz, la misa ha terminado. Id y anunciad al mundo las maravillas del Señor”
En este momento el pueblo se pone de pie en actitud de apertura a las gracias recibidas y de prontitud a cumplir con la misión.

4. Esquema

La misa es un lugar para reflexionar y sentirse más cerca de Dios, es donde todos los días se transmite el mensaje que les fue dado a los apóstoles por Jesús en la última cena.

5. Bibliografía

http://www.fluvium.org/textos/historia/his71.htm
http://pabloeze.wordpress.com/2012/08/07/la-santa-misa/